YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO GADIR: El origen fenicio de Cádiz.
El yacimiento arqueológico Gadir no es el único de Cádiz,
ni mucho menos. En una ciudad con tanta historia es lógico que se encuentren
restos del pasado en cuanto se excava lo más mínimo en el subsuelo. Pero sí que
es verdad que con este descubrimiento se pudo confirmar que la ciudad de Cádiz
era trimilenaria.
El yacimiento permite conocer lo diferente que es el
Cádiz actual de aquel que encontraron aquellos fenicios que, procedentes de
Tiro, llegaron a este lugar hace casi 3.000 años. A ellos se debe la fundación
de Gadir, considerada como la primera ciudad de Occidente.
El descubrimiento del yacimiento arqueológico Gadir fue, como suele ocurrir en muchos casos, por casualidad. No obstante, es conocido que todo el subsuelo de Cádiz está plagado de restos históricos, así que se trató de una sorpresa relativa. Pero nada hacía prever que las obras de remodelación del antiguo teatro de la Tía Norica, actual teatro del Títere, harían aflorar un yacimiento de semejante importancia.
No se puede entender Gadir (y por extensión, tampoco su necrópolis) sin conocer la geografía de la zona. En este sentido cabe destacar que lo que hoy es la ciudad de Cádiz estaba separada en dos islas (Kotinoussa y Erytheia) por el llamado Canal Bahía-Caleta. La tercera de las islas de aquel archipiélago era Antípolis. Con el paso de los siglos, los materiales que iba arrastrando el río Guadalete acabaron uniendo la tres islas. Y éstas a su vez, acabaron conectadas con la Península a través del actual istmo entre Cádiz y la localidad de San Fernando.
¿Qué se puede ver en el yacimiento arqueológico Gadir?
Pues, en realidad, se trata de dos yacimientos en uno. En el plano inferior se
pueden observar parte de los muros de ocho viviendas fenicias y el trazado de
las dos calles que las articulaban. Los muros de estas casas están levantados
con la característica piedra ostionera de la zona.
En un plano superior se han encontrado también los restos de una manufactura pesquera, con sus piletas para la salazón, levantada en la época de la dominación romana. También hay restos de una factoría tintorera y una cisterna. Todo datado a mediados del siglo II antes de Cristo.
Es muy interesante como todavía se puede ver muchas
huellas fosilizadas de varios bóvidos, que recorrieron estas calles. El eje
central de la visita gira en torno a la figura de Mattan, un fenicio de entres 20 y 30 años, fallecido
en un gran incendio que tuvo lugar en la ciudad en el siglo VI a.C. y cuyos restos
forman parte importante de la temática del recorrido.
Bovido: Familia de mamíferos rumiantes que se caracterizan por la presencia, tanto en los machos como en las hembras, de cuernos óseos permanentes cubiertos por un estuche córneo.
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